SEATTLE - Hay pelotas y bates, gorras y muñequeras usadas por Ichiro Suzuki descansando cómodamente en el Salón de la Fama de Cooperstown, N.Y., esperando el arribo de su dueño.
No tengan ninguna duda, el nueve veces integrante del Juego de Estrellas y probablemente nueve veces ganador del Guante de Oro tiene un pie en el salón de los inmortales de Grandes Ligas.
Esa puerta se abrirá aún más cuando Ichiro, quien hasta antes del partido contra los Angelinos tenía 196 hits en la temporada, se convierta en el primer jugador en la historia de Ligas Mayores con nueve temporadas consecutivas con al menos 200 hits, reemplazando al Salón de la Fama Willie Keeler en la cima de esa lista. Keeler logró la hazaña de 1894 a 1901.
Y así otra leyenda del béisbol caerá detrás de Ichiro, quien ya superó al también Salón de la Fama George Sisler como el líder de imparables en una sola campaña, rompiendo una marca que tenía 84 años.
Los números que Ichiro continúa acumulando son impresionantes.
Actualmente con 35 años de edad, el japonés encabezó las Grandes Ligas con 242 hits en su temporada como novato y ha acumulado al menos 206 indiscutibles en cada temporada desde entonces, logrando su mayor cantidad en 2004 con 262 hits, cuando rompió el record que Sisler tenía desde 1920.
Ichiro tenía en la mira la marca de más temporadas consecutivas con 200 o más imparables cuando se reportó al Entrenamiento Primaveral en Peoria, Arizona, después del título conseguido por el equipo japonés en el Clásico Mundial de Béisbol. Pero mientras la pretemporada avanzaba, Ichiro se desgastaba. El japonés fue diagnosticado con una úlcera que le provocó sangrado y pasó a la lista de lesionados por primera vez en su ilustre carrera en Grandes Ligas, perdiéndose los primeros ocho partidos de la temporada regular. Eso frenó temporalmente su carrera por los 200 hits, pero el sol saldría más adelante para la leyenda nipona.
En su camino al récord, sus compañeros de Grandes Ligas han manifestado su asombro por la hazaña que el japonés está a punto de lograr.
El cañonero de los Medias Rojas David Ortiz pensó acerca de la marca de temporadas consecutivas con 200 hits por unos segundos y sacudió su cabeza.
"¿Nueve temporadas con 200 hits? Eso es ridículo", manifestó el dominicano. "O sea, yo he tenido algunas buenas temporadas y ni siquiera estuve cerca de conectar 200 imparables. Este hombre llega a 200 hits como batear de 4-4 en un partido".
Ningún pelotero en los 133 años de historia de Grandes Ligas ha logrado lo que Ichiro está a punto de lograr. Ni Ty Cobb, ni Joe DiMaggio, ni Ted Williams, ni el gran Pete Rose. Tampoco Tony Gwynn. Nadie.
Solamente otros tres jugadores -- Cobb, Keeler y Rose - han tenido al menos ocho campañas con 200 indiscutibles en todas sus carreras, y dos de ellos necesitaron de mucho más tiempo para lograrlo que Ichiro.
Rose, el líder de imparables de todos los tiempos, necesitó 15 temporadas para acumular su noveno año con 200 o más hits. Cobb estaba en su vigésima campaña en Ligas Mayores cuando llegó a nueve temporadas -y su última- con 200 hits. Si se mantiene sano, no hay razón para dudar que Ichiro se unirá a Rose en la cima de esa lista en 2010 y eventualmente se convertirá en el único pelotero con 11 temporadas con 200 hits en 2011.
Mientras se acerca a la marca de los 200 imparables una vez más, Ichiro lleva paso de imponer incluso otra marca. El mayor número de imparables conectado por un jugador de 35 años o más es de 227 - una marca que comparten Sam Rice (1925) y Nap Lajoie (1910). Más reciente, Paul Molitor pegó 225 hits a la edad de 39 años en 1996.
"Se trata de un jugador muy consistente", dijo el manager de los Marineros Don Wakamatsu acerca de Ichiro. "Es tan fuerte mentalmente que su concentración es la misma día con día. Incluso si llega a caer en un bache, siempre encuentra la manera de lograr un hit dentro del cuadro, batear hacia la banda contraria o jalar la bola".
Ha sido un largo viaje para él desde la Liga del Pacifico en su país hasta las Grandes Ligas, y mientras Ichiro avanza metódicamente hacia lograr más records, sus méritos para entrar al Salón de la Fama aumentan cada vez más.
Para ser elegible a Cooperstown, un pelotero debe jugar al menos 10 temporadas en Ligas Mayores, haberse retirado por cinco años, y ser electo por un comité compuesto por miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos. Que comience el debate.
Molitor, electo al Salón de la Fama en 2004, era el coach de bateo de los Marineros cuando Ichiro rompió la marca de Sisler de más imparables en una sola temporada. La leyenda de los Cerveceros nunca dudó que el nombre de Ichiro estaría algún día en Cooperstown.
"Va a ser un ingreso muy interesante", destacó Molitor. "Nunca ha existido un pelotero como este, alguien que vino a los Estados Unidos después de haber jugado por varios años en otro país. [El Salón de la Fama] no se trata solamente de hits, sino del impacto que un jugador tiene sobre el béisbol de Grandes Ligas y eso es lo que los escritores de béisbol tendrán que decidir.
"Ichiro ha tenido logros que muchos ni siquiera han estado cerca de lograr, como tener cuatro meses con 50 hits o más [en 2004]", agregó Molitor. "Muchos jugadores son afortunados de tener un mes de 50 imparables en una temporada. Ha sido un jugador especial y le ha abierto las puertas a muchos peloteros de posición provenientes de Japón".
A pesar de todo, Ichiro insiste que convertirse en el líder de imparables de todos los tiempos no es algo que le quite el sueño. Si Ichiro logra llegar a los 3,000 hits en Grandes Ligas, tendría un total de 4,278 imparables combinados entre los Marineros y el Blue Wave, cifra que lo colocaría 22 hits por encima de la marca de Rose, convirtiéndolo, en un estándar internacional, como el nuevo rey del bateo.
Han existido muy pocos jugadores como Ichiro. Es un pelotero que hace de un simple roletazo al cuadro una jugada emocionante. Su segundo hit en Grandes Ligas, el 2 de abril del 2001, fue un toque de bola en la octava entrada, ayudando a preparar la carrera ganadora en ese partido.
El japonés ha dado guerra en Grandes Ligas por casi nueve años ya, y no ha dado señales de un declive físico.
"Parece que el tiempo no pasa por él", dijo el toletero de los Yankees Mark Teixeira.
Ichiro se mantiene en gran forma. Y aunque las canas ya han invadido su cabello negro, de la cintura para arriba luce escuálido, pero sus piernas son tan fuetes como lo duro de su estómago. El japonés permanece lo suficientemente fuerte como para conectar de cuadrangular y rápido como para embasarse con un roletazo que pareciera de rutina.
Su poco ortodoxo swing, que a veces le provoca perder balance en la caja de bateo, es básicamente el mismo en 2009 de lo que era en 2001, cuando llegó de Japón más como una curiosidad que como un potencial súper estrella.
"Con el cuerpo que tiene, podría jugar al béisbol para siempre", reconoció Ortiz. "Y, tú sabes, para cuando decida retirarse, en unos 10 años más, no hay duda alguna que llegará al Salón de la Fama".
Willie Keeler probablemente estaría de acuerdo.
No tengan ninguna duda, el nueve veces integrante del Juego de Estrellas y probablemente nueve veces ganador del Guante de Oro tiene un pie en el salón de los inmortales de Grandes Ligas.
Esa puerta se abrirá aún más cuando Ichiro, quien hasta antes del partido contra los Angelinos tenía 196 hits en la temporada, se convierta en el primer jugador en la historia de Ligas Mayores con nueve temporadas consecutivas con al menos 200 hits, reemplazando al Salón de la Fama Willie Keeler en la cima de esa lista. Keeler logró la hazaña de 1894 a 1901.
Y así otra leyenda del béisbol caerá detrás de Ichiro, quien ya superó al también Salón de la Fama George Sisler como el líder de imparables en una sola campaña, rompiendo una marca que tenía 84 años.
Los números que Ichiro continúa acumulando son impresionantes.
Actualmente con 35 años de edad, el japonés encabezó las Grandes Ligas con 242 hits en su temporada como novato y ha acumulado al menos 206 indiscutibles en cada temporada desde entonces, logrando su mayor cantidad en 2004 con 262 hits, cuando rompió el record que Sisler tenía desde 1920.
Ichiro tenía en la mira la marca de más temporadas consecutivas con 200 o más imparables cuando se reportó al Entrenamiento Primaveral en Peoria, Arizona, después del título conseguido por el equipo japonés en el Clásico Mundial de Béisbol. Pero mientras la pretemporada avanzaba, Ichiro se desgastaba. El japonés fue diagnosticado con una úlcera que le provocó sangrado y pasó a la lista de lesionados por primera vez en su ilustre carrera en Grandes Ligas, perdiéndose los primeros ocho partidos de la temporada regular. Eso frenó temporalmente su carrera por los 200 hits, pero el sol saldría más adelante para la leyenda nipona.
En su camino al récord, sus compañeros de Grandes Ligas han manifestado su asombro por la hazaña que el japonés está a punto de lograr.
El cañonero de los Medias Rojas David Ortiz pensó acerca de la marca de temporadas consecutivas con 200 hits por unos segundos y sacudió su cabeza.
"¿Nueve temporadas con 200 hits? Eso es ridículo", manifestó el dominicano. "O sea, yo he tenido algunas buenas temporadas y ni siquiera estuve cerca de conectar 200 imparables. Este hombre llega a 200 hits como batear de 4-4 en un partido".
Ningún pelotero en los 133 años de historia de Grandes Ligas ha logrado lo que Ichiro está a punto de lograr. Ni Ty Cobb, ni Joe DiMaggio, ni Ted Williams, ni el gran Pete Rose. Tampoco Tony Gwynn. Nadie.
Solamente otros tres jugadores -- Cobb, Keeler y Rose - han tenido al menos ocho campañas con 200 indiscutibles en todas sus carreras, y dos de ellos necesitaron de mucho más tiempo para lograrlo que Ichiro.
Rose, el líder de imparables de todos los tiempos, necesitó 15 temporadas para acumular su noveno año con 200 o más hits. Cobb estaba en su vigésima campaña en Ligas Mayores cuando llegó a nueve temporadas -y su última- con 200 hits. Si se mantiene sano, no hay razón para dudar que Ichiro se unirá a Rose en la cima de esa lista en 2010 y eventualmente se convertirá en el único pelotero con 11 temporadas con 200 hits en 2011.
Mientras se acerca a la marca de los 200 imparables una vez más, Ichiro lleva paso de imponer incluso otra marca. El mayor número de imparables conectado por un jugador de 35 años o más es de 227 - una marca que comparten Sam Rice (1925) y Nap Lajoie (1910). Más reciente, Paul Molitor pegó 225 hits a la edad de 39 años en 1996.
"Se trata de un jugador muy consistente", dijo el manager de los Marineros Don Wakamatsu acerca de Ichiro. "Es tan fuerte mentalmente que su concentración es la misma día con día. Incluso si llega a caer en un bache, siempre encuentra la manera de lograr un hit dentro del cuadro, batear hacia la banda contraria o jalar la bola".
Ha sido un largo viaje para él desde la Liga del Pacifico en su país hasta las Grandes Ligas, y mientras Ichiro avanza metódicamente hacia lograr más records, sus méritos para entrar al Salón de la Fama aumentan cada vez más.
Para ser elegible a Cooperstown, un pelotero debe jugar al menos 10 temporadas en Ligas Mayores, haberse retirado por cinco años, y ser electo por un comité compuesto por miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos. Que comience el debate.
Molitor, electo al Salón de la Fama en 2004, era el coach de bateo de los Marineros cuando Ichiro rompió la marca de Sisler de más imparables en una sola temporada. La leyenda de los Cerveceros nunca dudó que el nombre de Ichiro estaría algún día en Cooperstown.
"Va a ser un ingreso muy interesante", destacó Molitor. "Nunca ha existido un pelotero como este, alguien que vino a los Estados Unidos después de haber jugado por varios años en otro país. [El Salón de la Fama] no se trata solamente de hits, sino del impacto que un jugador tiene sobre el béisbol de Grandes Ligas y eso es lo que los escritores de béisbol tendrán que decidir.
"Ichiro ha tenido logros que muchos ni siquiera han estado cerca de lograr, como tener cuatro meses con 50 hits o más [en 2004]", agregó Molitor. "Muchos jugadores son afortunados de tener un mes de 50 imparables en una temporada. Ha sido un jugador especial y le ha abierto las puertas a muchos peloteros de posición provenientes de Japón".
A pesar de todo, Ichiro insiste que convertirse en el líder de imparables de todos los tiempos no es algo que le quite el sueño. Si Ichiro logra llegar a los 3,000 hits en Grandes Ligas, tendría un total de 4,278 imparables combinados entre los Marineros y el Blue Wave, cifra que lo colocaría 22 hits por encima de la marca de Rose, convirtiéndolo, en un estándar internacional, como el nuevo rey del bateo.
Han existido muy pocos jugadores como Ichiro. Es un pelotero que hace de un simple roletazo al cuadro una jugada emocionante. Su segundo hit en Grandes Ligas, el 2 de abril del 2001, fue un toque de bola en la octava entrada, ayudando a preparar la carrera ganadora en ese partido.
El japonés ha dado guerra en Grandes Ligas por casi nueve años ya, y no ha dado señales de un declive físico.
"Parece que el tiempo no pasa por él", dijo el toletero de los Yankees Mark Teixeira.
Ichiro se mantiene en gran forma. Y aunque las canas ya han invadido su cabello negro, de la cintura para arriba luce escuálido, pero sus piernas son tan fuetes como lo duro de su estómago. El japonés permanece lo suficientemente fuerte como para conectar de cuadrangular y rápido como para embasarse con un roletazo que pareciera de rutina.
Su poco ortodoxo swing, que a veces le provoca perder balance en la caja de bateo, es básicamente el mismo en 2009 de lo que era en 2001, cuando llegó de Japón más como una curiosidad que como un potencial súper estrella.
"Con el cuerpo que tiene, podría jugar al béisbol para siempre", reconoció Ortiz. "Y, tú sabes, para cuando decida retirarse, en unos 10 años más, no hay duda alguna que llegará al Salón de la Fama".
Willie Keeler probablemente estaría de acuerdo.