DETROIT - Los números no son tan reveladores para Fernando Rodney. Pero su presencia en el montículo lo dice todo.
Los fanáticos de los Tigres se han preguntado cómo pueden ser tan tambaleantes las presentaciones del cerrador dominicano que ha malogrado una sola oportunidad de salvamento en 37 ocasiones.
Las ventajas de tres carreras se han convertido en partidos decididos por una sola vuelta en dos ocasiones en este mes. Otros juegos han sido peligrosamente cerrados, como aquella vez que dio tres bases por bolas para llenar las bases vs. los Cardenales, y finalmente salió con el rescate con un doble-play.
Rodney ha retirado la oposición de 1-2-3 en el noveno inning en menos del 25% de sus oportunidades de salvamento. En 12 ocasiones se le han embasado dos corredores en la novena.
Sus compañeros y coaches sí saben cómo lo hace. La misma mentalidad que le permite restarle importancia a par de carreras o par de hits que traen a la potencial carrera del empate también le permite ejecutar el pitcheo indicado para dejarla en circulación.
"No hay nada flojo en Rodney", dijo el manager de los Tigres, Jim Leyland. "Rodney es todo un soldado. Sabe salir a competir."
Rodney no se altera. Puede que se salga de su mecánica, tirar una recta hasta el fondo del terreno o hundir un cambio en la tierra, pero no será por miedo. Si los Tigres finalmente llegan a la postemporada, un noveno episodio con Rodney va a ser todo un espectáculo ante el mundo entero del béisbol, justo a tiempo para que el quisqueyano enseñe sus condiciones para convertirse en agente libre.
Lo que ha hecho Rodney en el 2009 es una curiosidad de la historia. Según STATS, ningún cerrador con por lo menos 25 juegos salvados en una temporada y una sola oportunidad malograda ha tenido efectividad por encima de 3.00 desde que el salvamento se convirtió en estadística oficial en 1969.
La efectividad de 4.41 de Rodney obviamente sería la excepción. Y aún si desperdiciara otra oportunidad de salvamento, su promedio de carreras limpias sería la peor para un lanzador con por lo menos 25 rescates y dos oportunidades malogradas, ya que el récord actual es de Ryan Dempster con 3.13 en el 2005 con los Cachorros.
Para ser justo, los números de Rodney de este año incluyen una efectividad de 6.19 en situaciones no de salvar, sea cuando protege una ventaja de cuatro carreras o más, o cuando ha lanzado durante un partido de un solo lado para trabajar un poco. En situaciones de salvamento, su promedio de carreras limpias de 2.89 es mucho más razonable, pero aún peor de lo esperado.
Sus problemas de las bases por bolas reflejan algo de inconsistencia, pero los resultados finales hablan por sí mismos. Cuando a Detroit le ha hecho falta sacar el último out, Rodney ha resuelto casi siempre. En ese sentido, se ha convertido en el cerrador de primera línea que Leyland y otros en la organización de los felinos esperaban.
Algunos han comparado el estilo de Rodney con el del anterior cerrador de los Tigres, Todd Jones, pero son bien, bien diferentes. Aunque han sido similares en el sentido de mucho drama en el noveno, Jones mezclaba pitcheos, velocidades y localizaciones para que los bateadores le tiraran al lanzamiento que él quería, no ellos.
En cambio, Rodney tiene mucho en la recta, poncha mucho y tiene material devastador al combinar una bola rápida de 96-98 millas por hora con un cambio de 81-83, todo con el mismo cuadre en el montículo. Pero también tiene un historial de perder la mecánica. Ha reducido con mucho trabajo entre salidas, tirando mucho para mejorar el comando.
"Trabaja duro", dijo el coach de pitcheo de los Tigres, Rick Knapp. "De verdad, tanto como cualquiera. Lo ves después del partido, está con las pesas, asegurándose de estar en óptimas condiciones. Es el primero en salir al terreno entre los pitchers, haciendo los ejercicios para estar preparado."
De su parte, a Leyland le ha encantado lo que ha visto de Rodney, sobre todo en su actitud.
"Creo que el cerrador dicta bastante la mentalidad del club", dijo el capataz. "Si los cerradores malogran los juegos en el noveno, eso le quita un poco de corazón al equipo. Pero si está resolviendo, eso le da una confianza importante al conjunto."
"Me siento más cómodo este año", dijo Rodney. "(Leyland) me da el chance. Es importante que él me dé ese chance, y puedo demostrar todas las noches, cada vez que me subo al montículo, que puedo hacer lo que se supone que tengo que hacer."
Los fanáticos de los Tigres se han preguntado cómo pueden ser tan tambaleantes las presentaciones del cerrador dominicano que ha malogrado una sola oportunidad de salvamento en 37 ocasiones.
Las ventajas de tres carreras se han convertido en partidos decididos por una sola vuelta en dos ocasiones en este mes. Otros juegos han sido peligrosamente cerrados, como aquella vez que dio tres bases por bolas para llenar las bases vs. los Cardenales, y finalmente salió con el rescate con un doble-play.
Rodney ha retirado la oposición de 1-2-3 en el noveno inning en menos del 25% de sus oportunidades de salvamento. En 12 ocasiones se le han embasado dos corredores en la novena.
Sus compañeros y coaches sí saben cómo lo hace. La misma mentalidad que le permite restarle importancia a par de carreras o par de hits que traen a la potencial carrera del empate también le permite ejecutar el pitcheo indicado para dejarla en circulación.
"No hay nada flojo en Rodney", dijo el manager de los Tigres, Jim Leyland. "Rodney es todo un soldado. Sabe salir a competir."
Rodney no se altera. Puede que se salga de su mecánica, tirar una recta hasta el fondo del terreno o hundir un cambio en la tierra, pero no será por miedo. Si los Tigres finalmente llegan a la postemporada, un noveno episodio con Rodney va a ser todo un espectáculo ante el mundo entero del béisbol, justo a tiempo para que el quisqueyano enseñe sus condiciones para convertirse en agente libre.
Lo que ha hecho Rodney en el 2009 es una curiosidad de la historia. Según STATS, ningún cerrador con por lo menos 25 juegos salvados en una temporada y una sola oportunidad malograda ha tenido efectividad por encima de 3.00 desde que el salvamento se convirtió en estadística oficial en 1969.
La efectividad de 4.41 de Rodney obviamente sería la excepción. Y aún si desperdiciara otra oportunidad de salvamento, su promedio de carreras limpias sería la peor para un lanzador con por lo menos 25 rescates y dos oportunidades malogradas, ya que el récord actual es de Ryan Dempster con 3.13 en el 2005 con los Cachorros.
Para ser justo, los números de Rodney de este año incluyen una efectividad de 6.19 en situaciones no de salvar, sea cuando protege una ventaja de cuatro carreras o más, o cuando ha lanzado durante un partido de un solo lado para trabajar un poco. En situaciones de salvamento, su promedio de carreras limpias de 2.89 es mucho más razonable, pero aún peor de lo esperado.
Sus problemas de las bases por bolas reflejan algo de inconsistencia, pero los resultados finales hablan por sí mismos. Cuando a Detroit le ha hecho falta sacar el último out, Rodney ha resuelto casi siempre. En ese sentido, se ha convertido en el cerrador de primera línea que Leyland y otros en la organización de los felinos esperaban.
Algunos han comparado el estilo de Rodney con el del anterior cerrador de los Tigres, Todd Jones, pero son bien, bien diferentes. Aunque han sido similares en el sentido de mucho drama en el noveno, Jones mezclaba pitcheos, velocidades y localizaciones para que los bateadores le tiraran al lanzamiento que él quería, no ellos.
En cambio, Rodney tiene mucho en la recta, poncha mucho y tiene material devastador al combinar una bola rápida de 96-98 millas por hora con un cambio de 81-83, todo con el mismo cuadre en el montículo. Pero también tiene un historial de perder la mecánica. Ha reducido con mucho trabajo entre salidas, tirando mucho para mejorar el comando.
"Trabaja duro", dijo el coach de pitcheo de los Tigres, Rick Knapp. "De verdad, tanto como cualquiera. Lo ves después del partido, está con las pesas, asegurándose de estar en óptimas condiciones. Es el primero en salir al terreno entre los pitchers, haciendo los ejercicios para estar preparado."
De su parte, a Leyland le ha encantado lo que ha visto de Rodney, sobre todo en su actitud.
"Creo que el cerrador dicta bastante la mentalidad del club", dijo el capataz. "Si los cerradores malogran los juegos en el noveno, eso le quita un poco de corazón al equipo. Pero si está resolviendo, eso le da una confianza importante al conjunto."
"Me siento más cómodo este año", dijo Rodney. "(Leyland) me da el chance. Es importante que él me dé ese chance, y puedo demostrar todas las noches, cada vez que me subo al montículo, que puedo hacer lo que se supone que tengo que hacer."