SAN LUIS -- Cuando hasta los propios Dodgers de Los Angeles, el único equipo con cierta holgura al frente de su división, advierten del riesgo de confiarse demasiado, pues es obvio que hay mucha tela por cortar en la temporada de las Grandes Ligas.
Con 22 de los 30 equipos prendidos en la carrera a los playoffs, la segunda mitad que arranca el jueves promete encarnizadas luchas en cada frente.
Incluyendo en el Oeste de la Liga Nacional, donde los Dodgers aventajan por siete partidos a los Gigantes de San Francisco, la más amplia en las mayores.
La tropa de Joe Torre tiene fresco el recuerdo de que hace un año ellos mismos le voltearon la tortilla a Arizona tras el arribo de Manny Ramírez. Además, quién puede menospreciar a unos Gigantes que tienen a Tim Lincecum y Matt Cain en la rotación y Pablo Sandoval como revelación ofensiva.
Hay interrogantes de toda clase.
¿Podrá Albert Pujols convertirse en el primer pelotero desde Carl Yastrzemski en 1967 que completa la triple corona de bateo? ¿Serán Roy Halladay y Víctor Martínez las principales figuras en ser transferidas de equipo? ¿Habrá otro lesionado de fuste en los Mets de Nueva York?
Si habría que poner la vista a la puja más llamativa, pues el Este de la Liga Americana es por lejos la superior y es muy posible que un equipo con más de 90 victorias quede fuera de los playoffs.
Boston lidera con tres juegos de diferencia sobre los Yanquis de Nueva York y por seis y medio adelante de los Rays de Tampa Bay, los actuales campeones de la Americana.
"Estamos en la mejor división del béisbol", declaró Carlos Peña, el primera base dominicano de los Rays, el conjunto que el año pasado rompió el monopolio que los Medias Rojas y Yanquis ejercían en la división.
"Tenemos la clase de equipo que puede dar la talla y diría que estamos jugando mejor que el año pasado, si vemos el récord. Pero en esta división no sólo se necesita un buen récord, sino un récord totalmente excepcional".
El problema de los Rays ha sido su inconsistencia, un equipo que ha enhebrado rachas de siete victorias seguidas para luego sufrir cuatro derrotas en fila.
Aunque cuentan con el segundo mejor récord de la liga, los Yanquis han sido incapaces de descifrar a sus archirrivales Medias Rojas. Créalo o no, Boston ha barrido los ocho duelos entre si y quedan 10 más por jugar.
"Tenemos que trabajar más duro", afirmó Mariano Rivera, el estelar cerrador panameño de unos Yanquis que ambicionan regresar a la Serie Mundial por primera vez desde 2003. "Nos propusimos llegar hasta el final y este va a ser el año".
Aun cuando son dueño del mejor récord en las mayores y con el dominicano Ramírez de vuelta y con las pilas cargadas, los Dodgers (56-32) no quieren dormirse en sus laureles.
San Francisco tiene un excedente de brazos en su cuerpo de lanzadores y podría desprenderse de alguno para reforzar su artillería para encarar la recta final. Una posibilidad en ese sentido sería utilizar como anzuelo al puertorriqueño Jonathan Sánchez, quien recién el viernes lanzó un juego sin hits.
"Es un equipo muy completo", dijo AJ Hinch, el manager de Arizona. "Cuenta con excelentes abridores y un cerrador formidable (Brian Wilson). Tienen todas las piezas para causar daño".
Las lesiones han conspirado en contra de los Mets, al perder a Carlos Beltrán, Carlos Delgado y José Reyes, y se encuentran a seis juegos y medio de los punteros Filis de Filadelfia en el Este de la Nacional.
Después de desplomarse en el último mes las pasadas dos campañas, quizás a los Mets les convendría venir de atrás. Pero eso se antoja complicado, ya que sus tres pilares ofensivos podrían reincorporarse demasiado tarde para darle alcance a los campeones vigentes de la Serie Mundial.
"No estamos tan lejos", indicó Francisco Rodríguez, el cerrador venezolano de los Mets. "No tengo duda alguna de que vamos a recuperarnos".
Ningún equipo ha podido revalidar el cetro de la Serie Mundial desde que los Yanquis lo hicieron en 2000 y las pretensiones de los Filis se han visto socavadas con una rotación, salvo Cole Hamels, que no inspira mucha confianza.
La contratación de Pedro Martínez, el as dominicano cuyos mejores tiempos ya pasaron, no es la solución.
Tal vez la respuesta sea Halladay, el derecho de Toronto que suena para ser canjeado de aquí al 31 de julio, la fecha límite para efectuar cambios. El venezolano Martínez, catcher de Cleveland, es otro nombre de lustre con la capacidad de surtir efecto en un nuevo hogar.
Pujols es la figura individual indiscutible y acaparará miradas en su asalto a la triple corona. Por ahora, el dominicano de los Cardenales de San Luis comanda en jonrones (32) e impulsadas (87), pero tiene que hacer mucho para remontarle 17 puntos porcentuales a su compatriota Hanley Ramírez de Florida en cuanto a promedio.
No es una tarea fácil. Tome en cuenta que Hank Aaron fue el último jugador que llegó a la pausa del Juego de Estrellas al frente de las tres categorías, y eso fue hace más de cuatro décadas. Y no pudo repetir sus números de la primera mitad, con su promedio bajando de .347 a .322.
Además, ya casi nadie se atreve a pitchearle por la zona de strike a Pujols, beneficiario de la cifra máxima de 32 boletos intencionales hasta ahora.
"Camine a su perro, no a Pujols", fue la ingeniosa frase que un aficionado de los Cardenales mostró durante el Juego de Estrellas. Pero la realidad es que deberá acostumbrarse más a caminar lentamente a la inicial.